El origen del Caminito del Rey está repleto de anécdotas, detalles técnicos y un trasfondo social que va mucho más allá de la famosa imagen del sendero colgando sobre el Desfiladero de los Gaitanes. Hoy es una de las rutas de senderismo más emblemáticas de Málaga, pero sus primeras pasarelas nacieron para responder a las necesidades de los trabajadores que, día tras día, debían garantizar el funcionamiento de las presas y los saltos hidráulicos de la zona.

¿Por qué se construyó el Caminito del Rey?

Entre 1901 y 1905, la Sociedad Hidroeléctrica del Chorro construyó un camino de servicio con el objetivo de facilitar la comunicación y el transporte de materiales entre las presas del Chorro y de Gaitanejo. El trabajo era arduo: muchos operarios residían en El Chorro, aunque algunas familias llegaron a vivir en cuevas adaptadas cerca del embalse, como la de Frasquito Lucero o Paco de Encarnación. La necesidad de cruzar a diario el cañón —en ocasiones, por las vías del tren— puso sobre la mesa la urgencia de un paso seguro.

Aquí entra en escena Rafael Benjumea, conocido como el “Ingeniero Poeta” por la belleza y funcionalidad de sus obras hidráulicas. Benjumea propuso crear una senda adosada a las paredes del Desfiladero de los Gaitanes, permitiendo el paso entre los saltos, mejorando la vigilancia del canal y facilitando el acceso tanto a operarios como a material técnico. Así nació el primer sendero del Gaitanejo, una obra que unió innovación, adaptación al terreno y cierta dosis de riesgo.

La pasarela original, inaugurada hacia 1918 y terminada con las obras del embalse de Gaitanejo en 1920, estaba formada por tablones de madera apoyados en vigas metálicas incrustadas en la roca y atados con alambres. Con el tiempo, se sustituyó parte de esta estructura provisional por una senda elevada de bovedillas de ladrillo y capas de hormigón, reforzada con pilares de ladrillo y arcos de hierro fundido, creando un conjunto de gran belleza y robustez para la época.

El papel del Desfiladero de los Gaitanes y el sendero del Gaitanejo

El recorrido atraviesa el Desfiladero de los Gaitanes, un cañón kárstico de paredes verticales, con tramos colgados a más de 100 metros de altura sobre el río. La ruta era todo un reto para la ingeniería de principios del siglo XX y una fuente constante de anécdotas para quienes la transitaban a diario.

La senda partía cerca de la presa de derivación del canal del Salto del Chorro, avanzando por la margen derecha, cruzando después el puente acueducto de Rivera y llegando a la vía férrea y a la central de El Chorro. El trayecto incluía puntos clave como el Tajo de las Palomas —puente decorado con azulejos y bancos de obra— y el Valle de los Naranjos, una zona de meandros y naturaleza exuberante. Incluso existían casas y refugios para vigilantes y montañeros, ruinas que aún pueden verse a lo largo del recorrido.

La visita del Rey Alfonso XIII en 1921 y el nombre del Caminito del Rey

El gran hito llegó en 1921, cuando el rey Alfonso XIII acudió a inaugurar el embalse del Conde de Guadalhorce. Durante su visita, recorrió parte de la pasarela acompañado de autoridades y trabajadores. Este acto marcó para siempre la identidad del camino, que desde entonces empezó a conocerse como Caminito del Rey. El impacto social fue notable y consolidó la fama del sendero, hoy inseparable del recuerdo de aquel acontecimiento real.

Deterioro, rehabilitación y renacimiento turístico

A lo largo del siglo XX, el Caminito sufrió un fuerte deterioro debido a las duras condiciones meteorológicas, la erosión y el abandono tras la automatización de las infraestructuras hidráulicas. Aun así, nunca perdió su atractivo entre los amantes de la aventura y el senderismo. Tras varios accidentes, el sendero fue clausurado durante años, hasta que en 2015, tras una compleja y respetuosa restauración, se reabrió al público cumpliendo los más estrictos estándares de seguridad. Actualmente, la ruta cuenta con pasarelas seguras, barandillas y un límite de visitantes diarios para preservar el entorno y garantizar una experiencia inolvidable.

Caminito del Rey

Caminito del Rey hoy: rutas, naturaleza y alojamiento

Hoy, el Caminito del Rey es una referencia para quienes buscan rutas de senderismo en Málaga que combinen historia, naturaleza y adrenalina. La ruta, de unos 7,7 kilómetros, permite recorrer el desfiladero y conocer en detalle la flora y fauna del entorno: buitres leonados, cabras montesas, encinas, lentiscos y vegetación de ribera. Además, el impacto económico en la zona ha sido significativo, revitalizando la hostelería y el turismo rural.

Si tras la caminata buscas un alojamiento cerca del Caminito del Rey, el Hotel La Garganta es una opción ideal para descansar y disfrutar de la gastronomía local. Está a escasos minutos del inicio de la ruta y ofrece todas las comodidades en un entorno privilegiado.

Consejos para recorrer el Caminito del Rey y rutas alternativas en Málaga

Para disfrutar plenamente de la experiencia, es recomendable reservar con antelación tus entradas al caminito del rey, consultar la previsión meteorológica y seguir las indicaciones de seguridad del personal. El uso de calzado adecuado es fundamental, así como llevar agua y protección solar. Para quienes deseen descubrir más allá del Caminito, Málaga ofrece otras opciones de senderos y rutas de senderismo, desde el propio sendero del Gaitanejo hasta itinerarios menos transitados por la sierra y el entorno de Ardales.

El Caminito del Rey no es solo un testimonio de la historia y la ingeniería andaluza, sino también un símbolo de superación y adaptación al medio. Hoy, como hace más de un siglo, sigue desafiando a quienes deciden recorrer sus pasarelas, invitando a descubrir el corazón de uno de los parajes más singulares de España.

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